12 de septiembre de 2010

Mini guerra

MINI-GUERRA


Ella, furiosa, le acomoda los codos en su pecho, le acuesta los antebrazos. Con el dorso de las manos en puño comienza a golpearlo.

Él, para defenderse cruza los brazos por su espalda, inmovilizándola con las manos sobre sus hombros desnudos; desfalleciendo los dos.



LO DEMÁS ES TAREA DE LOS CUERPOS

El ascensor metálico con espejo, cuadrilátero gigante. Estamos esquina a esquina.

¡Si entrara un tumulto de personas y nos encimara piel a piel! Lo demás, es tarea de los cuerpos. Ellos sabrán frotarse para el fuego.


SIN ESCAPE POSIBLE


¿Y… si me cita en un piano bar so pretexto de hablarme de su próximo proyecto arquitectónico corporal en imprecisas palabras?

Atiborrado de gente, sin mesas disponibles. De pie, intentando un codo en la barra a oscuras casi, con boleros de fondo “Si tú me dices ven, lo dejo todo”. Dos Vodkaquina con suficiente Vermouth seco.

Que las personas nos arrojen el uno en la otra, paroxismo, mentón a mentón, boca a boca, respirándonos. Ningún escape posible, ni salvación.

5 de septiembre de 2010

MUJER ARCA

MUJER ARCA



¿De qué sirve hembra, mujer apasionada, auditiva, táctil,
odorosa, saborífica; género femenino, número singular?

El país es una sayuela negra donde no paramos de llorar.
Los arcoíris son grises, las telas sin olor a laurel.
Ninguna señal alumbra salidas.

Del libro inédito Mini-guerra tarea de los cuerpos

4 de septiembre de 2010

Los jueves son tan blancos

ALFOMBRA MULLIDA LOS JUEVES Los jueves son tan blancos, tan quietos, tan silenciosos; alfombra mullida y nueva. Nadie usurpa el aleteo de los pájaros en la piel, ni la esperanza de justicia con velas a los santos. Nadie profana las manufacturas del pasado como banderas de inercia, ni arenga a unos contra otros. No existe miseria ni desempleo; tampoco ostentación, ni abundancia superflua. Ningún político habla en nombre de Dios en sus desmanes, ni se viste de Arcángel, ni se amparan en una sotana para ocultar la violencia entre sus piernas y sus armas. Los militares ya no son prepotentes, no humillan a subalternos, ni atropellan con bayonetas a los civiles. Los jueves no hay secuestros, ni asaltos. Los asesinos se paralizan ante sus propios cuchillos, los iracundos miden las palabras relajándose. Ninguna mujer embarazada es pateada por su concubino, ningún muchacho es violado en la cárcel o en el barrio; ni torturado en las comisarías mientras se averiguan sus culpas. Los jueves todos los países firman armisticios de paz, desarticulan sus bombas nucleares y biológicas; queman todos los manifiestos de venganzas y ataques. Dedican sus movimientos a reconstruir los pueblos más desolados. Los jueves son tan dulces, tan diamante de cinco puntas, tan estrella alumbrando en luna llena. Los jueves, no salgo de mi habitación mental, es día de barridos. Lo dedico a podar mis rosales y mi ciruelo, remuevo las gramíneas, riego la tierra, baño a los perros y los peino; lavo las cobijas donde duermen, y dejo que me cierren los ojos a besos. Bien entrada la tarde moldeo mi propio mapamundi mental, lo velo con una cayena amarilla doble, casi una orquídea; nunca deja de florecer expandiendo sol en los inviernos grises. Entrada la noche canto rezos poéticos, hasta que dan las doce y empieza a agarrar vuelo el viernes, con sus desmanes y desesperanzas.